Durante mucho tiempo el hombre utilizó
lo que la naturaleza ofrecía para realizar los cruces sobre barrancas, ríos y
arroyos, inicialmente un tronco de árbol caído o algún deslave permitió darle
idea al ser humano para poder valerse por sí mismo e improvisar con diferentes
materiales para tener un cruce más estable y seguro.
Mesoamérica se caracterizaba por
una red extensa de caminos para realizar el intercambio de mercancías, estos
caminos no eran muy anchos dado que todo los recorridos eran a pie, y por lo regular los comerciantes
caminaban en fila, es decir uno tras otro con su carga a la espalda. En Tlaxcala,
no se tienen registros exactos o documentados referente a puentes o cruces
sobre algún cauce de agua, dado que estos eran improvisando matorrales, troncos
o piedras de tal forma que el cruce fuera por donde solo pasara una persona,
estos cruces eran muy rudimentarios y al momento que el cauce del rio o arroyo subía
durante las lluvias, estos eran arrastrados aguas abajo desapareciéndolo por
completo, por lo que nuevamente se habilitaba el cruce conforme la gente lo
hiba ocupando, el registro de un cruce de esta forma se puede ver en el códice de
“Cuauhtinchan” en lo que parece ser un cruce de un afluente del rio Atoyac de
Tzicatlacoyan a Zongolica, en este se aprecia un árbol caído y ramas, además de huellas lo que indica camino.
En otra imagen más del códice “Cuauhtinchan
II” se ve a tres personas sobre un camino que cruza un rio, al parecer un puente
de madera como los utilizados en Tenochtitlan. El códice de Mendoza por
ejemplo, es más explícito en sus imágenes
dado que muestra dos tipos de puentes, uno con un árbol caído y otro más
elaborado a base de vigas apiladas, lo que demuestra ya una relación de ingeniaría
al momento de construcción de cruces sobre ríos.
Cuando Hernán Cortes llega a México
en 1519, estos puentes sencillos siguieron funcionando hasta una vez tomada la
Ciudad de Tenochtitlan en 1521, comenzando la evangelización del pueblo indígena
y llegando nuevos residentes españoles en busca de tierras y riquezas, el
primer registro de caminos realizados corresponden a los primeros Franciscanos
llegados a estas tierras, pues ellos con la finalidad de tener mejores accesos
en algunas ocasiones fungen como ingenieros o arquitectos, el primer camino según
Muñoz Camargo corresponde a la traza de un camino de Tepectipac hacia la
nueva ciudad de Tlaxcala a un lugar llamado “Chilchihuapan” en lo que ahora es
la ciudad de Tlaxcala, así mismo se realiza la traza de la ciudad en 1526 a
cargo de Fray Julián Garcés sobre este recinto indígena llamado “Chalchihuapan”,
este recinto según Buenaventura Zapata era un manantial con piedras verdes
donde veneraban los tlaxcaltecas a sus dioses, por los españoles este sitio era
conocido como la fuente sagrada.
Los propios frailes encabezan la apertura
de caminos, y esto conlleva a la construcción de puentes de piedra, como los había
en España, el precursor de estos puentes fue el fraile Sebastián de Aparicio,
este fraile realizó importantes caminos para comunicar a las principales
ciudades de la Nueva España, además de diversos puentes alrededor de los años
de 1540 a 1560, en Tlaxcala no se conoce como tal que el haya influenciado en los
caminos, sin embargo la idea de los franciscanos era la misma, permitir el paso
de carretas y animales por estos nuevos caminos, el corregidor Francisco Verdugo quien después fue Arzobispo, entre 1636 y 1639 indica construir 33 puentes para comunicar las poblaciones principales con la ciudad de Tlaxcala que había recibido su titulo de "Muy Noble".
El códice de Atlihuetzia es un
documento importante dado que en el indica un puente sobre el rio Zahuapan,
este códice data de finales del siglo XVI, puede ser que sea de 1570, en el se
observa un puente sobre un rio, que de acuerdo a la ubicación del convento de
Atlihuetzia, este rio corresponde a ser el Zahuapan, además el camino es el antiguo
camino real de Atlihuetzia a Tzompantepec, y que este mismo conducía a
Veracruz, increíblemente el puente aún se encuentra de pie, claro ya con
algunas remodelaciones que se han realizado a lo largo de los años, por
ejemplo en el códice se observa un solo cuerpo con cuatro puntas, actualmente este
puente cuenta con dos cuerpos y ya no se tiene registro de las puntas.
Este puente es un claro ejemplo
de la ingeniería de esos tiempos, y del estilo europeo con el que está
realizado, actualmente este puente aun funciona y no tiene algún tipo de
cuidado por parte de las autoridades estatales o del INAH, llegar a el es muy fácil, de hecho es la misma
ruta mostrada en el códice, se toma detrás de la nueva iglesia de Atlihuetzia,
la cual está a un costado del antiguo convento (por cierto una ruinas increíbles
este ex convento), se toma la calle “camino de la conquista”, nombre que los
lugareños le dieron pues cuenta la historia que por allí llego Hernán Cortes
procedente de Tzompantepec en 1519 una vez hechas las paces con los Tlaxcaltecas,
de ahí se baja toda la calle pavimentada hasta encontrar terracería y se llega al
rio Zahuapan, el camino pasa sobre el puente, para poder apreciarlo bien se
tiene que bajar al cauce para ver su valiosa arquitectura.
Este puente tuvo su auge desde 1580 hasta la segunda década de 1800, que es cuando se comienza la construcción del ferrocarril mexicano, a este puente se adoso otro arco y ampliación del lado oriente para garantizar el paso durante la subida de aguas del rio Zahuapan, los mástiles y puntas han desaparecido, se ha ya resanado y dado mantenimiento con nuevas piedras, la rasante de piedra canteada se ha desprendido en su totalidad, solo se aprecian una que otra todavía en su sitio, el cauce a azolvado debajo del arco secundario, sin embargo la mayor parte de la construcción sigue intacta .
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